¿Cómo hacés para cambiar las cosas de lugar de modo que queden a tu favor? Lindo juego macabro armaste... Lo que no te diste cuenta era que yo necesitaba de mucho menos para caer en tu trampa de seducción.
Te deseo a cada instante. Te imagino estando tan cerca; pero mis manos, aún sin poder tocarte, reclaman a tu esplendor un poco de piedad, no tanta belleza junta, que indudablemente hace mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario